A veces cuando no sé que hacer. Me siento en la banqueta de la calle y veo a la gente pasar. Observo cómo andan e intento adivinar por su forma de caminar a dónde van. Me imagino miles de historias. Nunca sé si he acertado o no. La verdad es que no me preocupa mucho, pero me divierte imaginar cómo serán sus vidas. Así suelo pasar estas calurosas tardes en que hasta pereza te da mover los ojos. Continue reading