Querías que nada te hiriera y te cubriste con una coraza. Sobreviviste en un mundo de hombres. Nunca más volviste a ser aquella cándida muchacha que yo conocí. Conseguiste todo lo que te propusiste. Nada se te interpuso en tu camino. Todo menos ese hombre del que te enamoraste perdidamente. Tenía dueña y nunca le tuviste. Sé que hubieras dado todo por que él te amara.